Desventuras con el macchiato y noches con el macchiato: una idea de diario que nació de la risa
- Harper Ease

- Nov 1, 2024
- 3 min read
Updated: Nov 3, 2024

Trabajar como enfermera en la sala de urgencias de un hospital de Nueva York con mucha actividad significa estar en constante movimiento. Los turnos son largos, las emociones estĆ”n a flor de piel y es raro encontrar momentos para relajarse. Por eso, despuĆ©s de mĆ”s de seis meses sin un verdadero descanso, cuando mis amigas me propusieron salir con chicas, aceptĆ©. Era exactamente lo que necesitaba: unas horas lejos de la locura, ponerme al dĆa con mis amigas tomando un buen cafĆ© y simplemente relajarme.
Ā
Decidimos encontrarnos en esta linda y pequeƱa cafeterĆa a las afueras de la ciudad. TenĆa un ambiente encantador y rĆŗstico con acogedores asientos al aire libre y mĆŗsica en vivo todos los viernes por la noche en otoƱo. La cafeterĆa no era un lugar comĆŗn y corriente: era conocida por su ambiente relajado y su delicioso cafĆ©. El lugar perfecto para relajarse.
Ā
En nuestro grupo estaba Lola, una de mis mejores amigas. El acento latinoamericano de Lola siempre le daba un toque Ćŗnico a su forma de hablar y se convirtió en una parte entraƱable de su personalidad, por la que bromeĆ”bamos con ella con cariƱo. Ella lo aceptaba y se reĆa con nosotros, lo que lo hacĆa aĆŗn mĆ”s divertido.
Ā
Mientras decidĆamos quĆ© pedir, el cafĆ© se volvió mĆ”s ruidoso con las conversaciones, el tintineo de las tazas y la banda afinando sus instrumentos. Nuestra camarera se acercó a tomar nota de nuestros pedidos de cafĆ© y Lola, sentada mĆ”s cerca de ella, se giró para preguntar su nombre. La camarera respondió, pero con todo el ruido, era difĆcil escucharla.
Ā
āCreo que dijo que se llamaba Maggieā, nos susurró Lola. Pero, por supuesto, con el encantador acento de Lola, salió āMakiā.
Ā
SonreĆmos, pero el momento pasó rĆ”pido mientras hacĆamos nuestros pedidos. Unos minutos despuĆ©s, cuando la camarera se alejó, Lola levantó la mano y gritó con seguridad: "Ā”Maki!". La camarera se dio la vuelta, asintió y siguió su camino.
Ā
No le dimos mucha importancia hasta que, un rato después, la camarera regresó con todas nuestras bebidas. Pero en lugar de simplemente dejarnos los cafés, colocó un macchiato perfectamente preparado frente a Lola.
Ā

Lola se quedó mirĆ”ndolo, parpadeando confundida. āYo no pedĆ estoā, dijo, volviĆ©ndose hacia nosotros con una mirada desconcertada. Fue entonces cuando lo entendimos.
Ā
āDios mĆo āme reĆā. Ā”Ella pensó que estabas pidiendo un macchiato y no la estabas llamando por su nombre!
Ā
Y asĆ, sin mĆ”s, nos echamos a reĆr, con esa risa profunda e incontrolable que te deja sin aliento y con lĆ”grimas corriendo por tu rostro. Lola se portó bien, pero la expresión de su rostro cuando llegó el macchiato no tenĆa precio. Fue uno de esos momentos que ninguno de nosotros podrĆa haber predicho, pero se convirtió en una broma interna instantĆ”nea.
Ā
A medida que la noche iba llegando a su fin y nos despedimos, no podĆa dejar de pensar en lo importantes que son estos momentos, los momentos en que la vida nos sorprende con alegrĆa, incluso de las formas mĆ”s simples. PensĆ© en cómo esa noche, llena de risas, amor y buenos amigos, era algo que querĆa recordar. ĀæY quĆ© mejor manera de recordar esa noche que crear un diario?
Ā
Fue entonces cuando surgió la idea de Macchiato Nights Daily Journal. Un diario que capturara el espĆritu de esos momentos espontĆ”neos e inolvidables con amigos, de esos que traen risas y alegrĆa, incluso cuando las cosas no salen como se planearon. ImaginĆ© un espacio donde las personas pudieran reflexionar sobre sus propios āmomentos Macchiatoā, anotando las pequeƱas alegrĆas no planificadas que enriquecen la vida.
Ā
Porque si hay algo que aprendĆ esa noche es que reĆr con amigos es un regalo y, a veces, los mejores recuerdos surgen de cosas que no esperabas, como pedir un macchiato por accidente.
Ā
Y ahora, cada vez que me siento a leer mi diario, recuerdo aquella tarde de otoƱo, el sonido de la banda tocando de fondo y las risas que compartimos mientras tomĆ”bamos una simple taza de cafĆ©. Las noches de macchiato se convirtieron en algo mĆ”s que una idea para un diario: se convirtieron en una forma de recordar esa alegrĆa, sin importar lo ajetreada que sea la vida.
Si desea comprar una copia de Macchiato Nights Daily Journal, utilice el siguiente enlace. Divulgación de afiliados: el siguiente enlace es un enlace de afiliado y, si realiza una compra mediante el uso de este enlace, es posible que gane una pequeña comisión sin costo adicional para usted. Como asociado de Amazon, recibo una ganancia por las compras que califican. https://amzn.to/4dkgagl

